4 Ejercicios para Fomentar la Inteligencia Emocional en los Niños/as

No hace poco tiempo que escuchamos y leemos lo importante que es la inteligencia emocional en nosotros mismos/as y en nuestros/as hijos/as (¡gracias señor Goleman!). Pero si nos preguntan, ¿sabríamos decir por qué? Y sobre todo… ¿para qué?

¿Qué nos aporta la inteligencia emocional en nuestros días?

inteligencia emocional

Por dónde empezar, ¡ah sí! Esta inteligencia está relacionada directamente con la felicidad. Nada más y nada menos es esencial para el bienestar de las personas.

La inteligencia emocional tiene una definición muy amplia aunque concreta. Se trata fundamentalmente de todas esas habilidades que se orientan a identificar, regular y gestionar nuestras emociones, así como las de reconocer y comprender las ajenas para relacionarnos mejor y empatizar. Existe una inteligencia emocional intrapersonal (interna, con nosotros/as mismos/as) y otra interpersonal (externa, en relación con los demás).

Por supuesto, siempre ha existido, lo que ha cambiado es el término, las palabras utilizadas, y el lugar que ocupa en la sociedad. Antes estaba poco valorada, apartada e incluso, a veces, rechazada. Por fin poco a poco eso va cambiando, aunque queda un largo camino por delante.

Profundicemos un poco más en sus beneficios:

  • Afecta directa y positivamente al rendimiento académico y laboral.

  • Aumenta la productividad, ya que afecta a una mejor adaptación a las situaciones.

  • Desarrolla la autoconciencia, es decir, sabemos mejor quiénes somos y cómo somos, nuestras fortalezas y, no menos importante, nuestras debilidades.

  • Mejora la tolerancia a la frustración y al estrés.

  • Afecta positivamente a la capacidad de trabajo en equipo.

  • Previene las dificultades en el desarrollo madurativo afianzando la personalidad.

  • Aumenta las probabilidades de éxito personal.

¿Quiénes no quieren que las nuevas generaciones sepan comunicarse mejor y que haya más respeto mutuo? ¿Qué padre y madre no quiere que sus hijos/as sepan escuchar, comprender a los demás y gestionar sus emociones? Obviamente todos queremos que sean lo más felices posibles.

Todas y todos los profesionales del sector están de acuerdo en que de alguna manera u otra la inteligencia emocional debería incluirse en el currículo de las escuelas para desarrollar en los niños estas habilidades básicas desde pequeños. Esto a día de hoy sigue siendo una utopía.

Este trabajo debe hacerse de manera transversal, continua, tenerlo presente en nuestras rutinas diarias y no dejarlo solo de manera puntual. Por ello, que los padres y madres desarrollemos las competencias emocionales asegura prácticamente que nuestros hijos/as también lo hagan.

En Plumaria nos dedicamos a que los niños y adolescentes desarrollen la Inteligencia Emocional. Aquí os ofrecemos diferentes recursos por edades que están dirigidos directamente a fomentar sus competencias emocionales:

 

  • De 3 a 7 años: “CUENTOS PARA SENTIR” de Begoña Ibarrola (seguramente se encuentre en tu biblioteca más cercana). En su libro hay multitud de cuentos con los que se pueden trabajar gran diversidad de aspectos emocionales. Hay inspiradores recursos para trabajar el enfado, la tristeza, el miedo… Además de la creatividad. Buscar un momento con los pequeños de la casa, leer juntos los cuentos, representarlos, jugar con ellos y que los hagan suyos son oportunidades increíbles para el fomento de múltiples habilidades emocionales en los hijos/as, además de desarrollar el gusto por la lectura.

 

  • De 5 a 9 años: la EXPRESIÓN ARTÍSTICA a estas edades empieza a coger forma, a desarrollarse, y se puede aprovechar para trabajar las emociones desde esta perspectiva. Es un canal expresivo muy potente y se puede acompañar con música dependiendo de la emoción o situación que se quiera tratar. El contexto es igual de importante para este trabajo, ten en cuenta que el lugar debe estar adaptado al niño/a y le transmita seguridad y confort.

Por ejemplo, si el niño/a ha tenido un conflicto en el colegio, en el parque, con su hermano/a, etc., el recurso podría utilizarse proporcionando una serie de materiales al menor donde pueda con ellos plasmar el conflicto y las emociones.  Es positivo combinar diferentes materiales e ir introduciendo nuevos. Sería fantástico que el propio niño/a demandase materiales, por lo que mostrarnos abiertos e interesados con sus creaciones es importante para que el niño/a vaya desarrollando este tipo de expresión.

Los beneficios de este tipo de expresión son increíbles ya que ayuda, entre otras cosas, a la integración de hemisferios cerebrales. Es decir, les estamos proporcionando recursos y herramientas mentales que les ayudará en un futuro a lidiar con situaciones complejas.

Para finalizar puede ser positivo verbalizar con el niño/a lo que ha plasmado y expresado y fomentar un intercambio de opiniones y una conversación sobre la situación y las emociones surgidas.

 

  • De 7 a 11 años os proponemos un precioso recurso en familia, EL DIARIO DE LAS EMOCIONES. Esta herramienta trata de crear un diario personal para cada miembro de la familia donde se plasmen lo que se acuerde entre todos o lo que cada uno necesite.

Para realizarlo buscaremos un rato al día o a la semana, y cada uno rellenará su propio diario, así lo integraremos en nuestra rutina.. Es importante que los padres también lo hagan, ya que repercutirá positivamente en toda la familia y además predicarán con el ejemplo. A partir de los 11 años, si se quiere continuar basta con cambiar el formato establecido anteriormente, ya que un adolescente querrá romper con lo anterior y propondrá modificaciones o nuevas formas de funcionamiento.

Es interesante que el diario tengo un esquema mínimo que sirva como guion. Por ejemplo aquí proponemos el siguiente:

  1. Un apartado dónde pongamos nota a nuestro día, semana…, y además una palabra o palabras que resuman cómo te has sentido.
  2. Anotar 3 cosas buenas o positivas que pasaron
  3. Las emociones más fuertes vividas
  4. Algo que agradecer
  5. Un espacio libre de expresión

 

  • Transversal durante la infancia: manualidad PELOTAS de la RELAJACIÓN. Tener recursos en casa para gestionar la ira o rabia es de gran ayuda en el hogar. Estas pelotas nos ayudan a ello, además te permiten jugar con la expresión ya que son flexibles y se pueden moldear fácilmente. Aquí te ofrecemos una de las maneras mejores para hacerlas con los niños/as:

herramientas

 

¿Dónde guardarlas? Deben estar en un sitio disponible para ellos/as, por lo que elegir un rincón que el niño/a identifique de calma sería lo más conveniente. De este rincón ya hablamos en el artículo anterior de rabietas.

Las pelotas de la relajación es una manualidad sencilla pero que ayudará a los niños y niñas a desarrollar la coordinación y la paciencia. Al utilizarla liberan y eliminan estrés acumulado o emociones poco satisfactorias, mejorando el estado de ánimo.

inteligencia emocional

 

 

 

 

 

“Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro estado de ánimo e influyen decisivamente en nuestra conducta y en la manera en que nos relacionamos con los demás.”

Begoña Ibarrola

 

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