Este artículo es algo diferente a lo que os tenemos acostumbrados. Surge con la intención de acercar, divulgar y clarificar cómo el método SHEC puede ayudarte a superar ciertos traumas o situaciones que nos bloquean. Lo haremos a través de una experiencia que hemos tenido en nuestro despacho, con una mujer inmersa en un proceso de reproducción asistida.
Si aún no habéis visitado la página donde explicamos la técnica, pincha aquí para saber más sobre la teoría que sustenta esta herramienta, porque lo vais a encontrar en este artículo, será la explicación práctica de la técnica.
Método SHEC es un método psicoterapéutico basado en las neurociencias, creado por Maruxa Hernando. La principal función de SHEC, es procesar aquellas situaciones que, PARA LA PERSONA han sido traumáticas, y lograr así la integración de aquel suceso doloroso. Remarcamos con mayúsculas, que lo que aquí importa es la interpretación de la persona, en ningún caso el profesional debe juzgar si desde su punto de vista es un suceso traumático o no.
¿Qué cosas debemos tener en cuenta sobre método SHEC?
- Cada persona tiene una manera particular de procesar. Habrá personas que procesen más rápido que otras, y personas a las que les cueste más conectar con la emoción que a otras.
- Se puede trabajar desde cualquier edad, adaptando las técnicas a las diferentes edades. Si son menores de 6 o 7 años, nosotras siempre trabajamos con la figura de referencia, normalmente mamá o papá dentro de la sesión.
- En el caso de niños y adolescentes, es importantísimo tener en cuenta que en algunas ocasiones, los síntomas que les hacen acudir al despacho, son originados por los propios padres. Quizás a algunos de nuestros lectores, esto no les siente del todo bien. Con esta afirmación no queremos culpabilizar a nadie, sabemos que lo hacéis lo mejor que sabéis y podéis. Cuando trabajamos con los referentes, en la mayor parte de los casos, los síntomas en el menor han disminuido o incluso, desaparecido.
- La alimentación es un factor fundamental, una alimentación rica en azúcares, grasas, consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, pueden ralentizar el avance en la sincronización cerebral.
El caso que os contamos es el de una mujer de 37 años que acude al despacho tras dos intentos fallidos de embarazo a través de fecundación in vitro. Decide contactar porque se siente saturada con el proceso y verbaliza no sentir confianza en que será madre.
El punto de partida será la narración de la mujer para establecer el orden de los acontecimientos. Realizamos así la línea de este trauma:
Empezamos poniendo la gafa que tiene la apertura en el lado izquierdo, para comenzar a trabajar con el hemisferio derecho activado. Además de esto, colocamos música bilaterizada, en esta ocasión la mujer elije el sonido del mar.
Plumaria: Quiero que tomes tres respiraciones profundas, y que pases en tu mente, como si fuera una película en presente y primera persona, todos estos acontecimientos que hemos plasmado en la línea de trauma. No quiero que me lo cuentes, solo que lo vivas. Cuando hayas terminado me avisas.
Le pedimos que no verbalice para que pueda conectar mejor los tres cerebros. Si lo hiciera, estaríamos ubicados en el neocórtex, y queremos llegar a lo más profundo, el reptiliano y el límbico. Si queréis profundizar más sobre el modelo del cerebro Triuno, pincha aquí.
No existe manera buena o mala de hacerlo, la persona sabe perfectamente lo que ha vivido, lo que le ha desequilibrado y no juzgamos. Una vez haya terminado de pasar esa situación en su mente preguntamos:
Plumaria: ¿Qué tal te encuentras con este lado? y ¿Cómo sientes tu cuerpo?, puntúa del 1 al 10.
Mujer: Pues ahora siento que ha sido un proceso muy largo, no era consciente de la cantidad de pasos que hemos dado… Siento la zona de la tripa un poco “agarrotada”, no sabría decirte si un 4 o un 5.
Plumaria: Vamos a cambiar de gafa (las que tienen la apertura en el lado derecho), y vamos a volver a pasar la secuencia de acontecimientos. En esta ocasión puedes elegir pasarlo en tu mente o contarlo, lo que tú prefieras.
Mujer: Elijo contarlo.
Se toma un tiempo en la narración. Al terminar, preguntamos:
Plumaria: ¿Qué tal te sientes en este lado? y ¿Cómo sientes tu cuerpo?
Mujer: Pues… es raro, en este lado lo siento más ordenado, no sé, como más unido todo, en el otro lado sentía que todo se mezclaba más. Ahora mismo me encuentro bien y la sensación de la tripa ya no está.
Plumaria: Vamos a cambiar de lado, y vamos a volver a pasarlo, como si no lo hubieras hecho nunca, en primera persona y en presente. Ya sabes, puedes elegir contarlo o pasarlo en tu mente.
Si apareciera alguna sensación o emoción perturbadora en cualquiera de los cambios, debemos hacer disminuir esa intensidad. Para poder cuantificarlo le pedimos que nos diga del 1 al 10, siendo 1 muy poco y 10 mucho, con cuanta intensidad siente ese malestar.
En este ejemplo que os contamos, al hacer este tercer cambio de gafa fue cuando la mujer se activó y rompió a llorar. Al terminar de contarlo, preguntamos:
Plumaria: ¿De todos estos acontecimientos, cuál crees que fue el peor momento para ti?
Mujer: ¡Lo tengo clarísimo! el momento en el que tengo al médico frente a mí diciéndome que el embrión no es viable y que tengo que abortar.
Plumaria: ¿Qué tal te encuentras con este lado? y ¿Cómo sientes tu cuerpo?
Mujer: Tengo una presión de 7 en el pecho y garganta
En este instante realizamos varios cambios de gafa para procesar ese momento que ella señala como más doloroso, y conseguimos bajar la sensación del pecho y la garganta a un 2. Al procesar ese momento, consiguió liberar la tristeza de ese aborto, y permitió que su lado izquierdo aportara el conocimiento y recursos que la mujer tenía bloqueados por esa pérdida.
Plumaria: Ahora que ya hemos limpiado la línea del trauma, vamos a hacer el duelo con el embrión. Ponte la gafa y yo te guiaré a través de una visualización para que podamos despedirnos y colocar esa gran pérdida.
Mujer: De acuerdo.
Durante la visualización la mujer se emociona, pero no es perturbadora, no incomoda y no provoca ninguna sensación desagradable en su cuerpo. Al finalizar, preguntamos:
Plumaria: ¿Cómo te sientes?
Mujer: Me siento muy emocionada. Tengo la sensación de que se ha ido a donde se tenía que ir, y en paz. Siento pena por no haberlo logrado, pero lo conseguiré.
Al quitarse las gafas, entre otras cosas verbalizaba, que sentía mayor optimismo puesto que el hecho de haberse quedado embarazada era un buen síntoma. Además, verbalizó haber sentido mucha liberación al poder despedirse de ese embrión que de ahora en adelante será una parte más de la historia de vida de esta mujer, y es que en esto de la búsqueda de embarazo, todo tiene su porqué.