¿Qué es educar en igualdad? ¿Evitamos la distinción en función del género?
Es fácil pensar que todas las personas deseamos que la infancia sea educada desde la igualdad, es decir que unos y otras tengan las mismas oportunidades de desarrollar sus capacidades sin hacer distinción por su sexo o género. En algunos foros hasta se puede considerar esto como un hito ya conseguido, ya que no se perciben grandes diferencias a la hora del acceso a las oportunidades ni discriminaciones aparentes a niñas o a niños. Con este artículo queremos explorar y reflexionar acerca de la veracidad de este pensamiento.
¿Cuántas mujeres exitosas y conocidas denominan el mundo del deporte? ¿Se sigue cuestionando cómo visten o cómo actúan las mujeres? ¿Con los hombres esto es igual? ¿Seguimos utilizando términos como maricón o nenaza para hombres que no cumplen el estándar esperado? ¿Se cuestiona cuando una persona no se adapta en plenitud a una única categoría y único género? ¿Utilizamos un tono de voz diferente para dirigirnos a niños o a niñas? ¿Sigue habiendo juguetes para niños diferenciados de juguetes para niñas?
Si estás respuestas son afirmativas quiere decir que aún tenemos mucho que revisar y cuestionar antes de hablar de una educación igualitaria de verdad. Por supuesto, sin olvidarnos contemplar la situación de violencia de género que vivimos en nuestro país y la cual deja en evidencia lo lejos que estamos de un trato igualitario entre hombres y mujeres. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 12,1% en el año 2023.
Nuestras nuevas generaciones se merecen no tener ningún trato de diferencia respecto de otras personas por su sexo o género. Merecen educarse en libertad. Y es por esto que proponemos plantear una reflexión acerca de cómo lo estamos haciendo en los dos principales contextos de socialización de la infancia: su familia y su entorno educativo.
Construcción de los roles de género
No podemos hablar de igualdad sin trabajar los estereotipos de género. Hasta hace no mucho se contemplaban dos géneros, asociados a los dos sexos biológicos, mujer-femenino, hombre-masculino. Ahora sabemos que el género es aquella percepción de uno/a mismo/a asociada a un conjunto de roles sociales asignados, es una construcción social totalmente personal que va más allá de las diferencias físicas. Por lo que ha dejado de ser un término dual y categórico definido desde el nacimiento.
El género es una dimensión compleja que involucra aspectos psicológicos, sociales y culturales. En la actualidad no podemos hablar de dos únicos géneros. Sí bien esto es cierto, en lo referido a la educación vamos a hablar de roles de género asociados a mujeres y a hombres y cómo estos configuran la identidad de nuestras nuevas generaciones. Por ejemplo, alrededor de los dos años los niños y niñas toman conciencia de las diferencias físicas entre varones y mujeres. Antes de su tercer cumpleaños la mayoría de los/as niños/as ya se pueden identificar con un género, o si no pueden, identifican diferentes géneros en los demás. A los cuatro años la mayoría de los niños tienen un sentido estable de su identidad de género.
Como bien hemos dicho, hemos aprendido desde muy corta edad los roles asociados al género sentido, y por tanto aprendemos aquella configuración que se espera de nosotros/as. ¿Cuántas de las acciones que llevamos a cabo acordes a nuestro género sentido son decisiones propias? ¿Cuáles de ellas las ejecutamos por miedo a la crítica o al juicio o simplemente aceptamos como lógicas y esperables? ¿Cuánto de ello transmitimos a nuestras nuevas generaciones?
Hagámonos estas preguntas y otras muchas, hagámoslas a nuestras parejas, amigas, amigos, hijos o hijas. Cuestionemos nuestro entorno y a nosotros/as mismos/as.
Co-educación en los diferentes agentes de socialización de la infancia
Familia
El entorno familiar constituye el primer agente de socialización de la infancia. ¿Qué podemos hacer para acercarnos lo más posible a una educación en igualdad desde casa?
El primer concepto que queremos poner en valor es la, ahora tan escuchada, corresponsabilidad. Hace referencia al reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres. ¿Qué modelos o referentes tienen nuestros hijos/as en casa respecto a la responsabilidad del cuidado? Seguro que muchas os habéis sentido identificadas con la siguiente frase: “la carga emocional y mental de la familia la llevo yo”. Sí, esto también es educar en igualdad. Los niños/as absorben lo que hacemos no lo que decimos, por lo que tan importante es el mensaje como las acciones que llevamos a cabo y que aprenden y, por tanto, reproducen.
En relación a la importancia de referentes, también podemos ayudarles a encontrar referentes positivos, por ejemplo, si a vuestro/a hijo/a le gusta el deporte no le va a resultar fácil acceder a la visualización de deportes femeninos, ya que no son de tan fácil acceso mediático como el deporte masculino, pero está, existe, ayudadles a llegar a ello. También podemos ayudarles a encontrar referentes masculinos en otras categorías, no todos los chicos juegan al fútbol o levantan pesas, también los hay en gimnasia rítmica, en la docencia, trabajando en centros de estética… Vamos a ayudarles a encontrarlos y que no se sientan reflejados sólo en unos ámbitos, aquellos socialmente asociados a su sexo nacido.
¿Llevamos a cabo acciones diferentes en función de si somos mamá o papá? ¿Damos por hecho algunas acciones en función de nuestro propio género? ¿Damos por hecho lo que le va a gustar o apetecer a mi hijo/a en función de su género?
Una herramienta muy útil es generar estas preguntas de reflexión en ellos, ayudarles a cuestionar su entorno, a no dar las cosas por hecho, por ejemplo: “¿Cuántas científicas famosas conoces? Te voy a contar de algunas…”, o “También puedes jugar, a ver si te gusta, con los juguetes de tu hermana/o, primo/a”, “¿Por qué en tu cole las chicas no suelen querer jugar al fútbol?”. Ayudar a que se hagan cuestiones va a facilitar su desarrollo del sentido crítico, de la toma de decisiones y de su propia identidad.
Otro elemento a tener en cuenta y que puede pasar desapercibido es el tono de voz o estilo de comunicación que usamos en función del género o sexo de nuestros/as hijos/as. Todos/as estamos sensibilizados con el daño que generan frases como: “los niños no lloran”, o “las niñas son más sensibles”, pero puede ser útil reflexionar acerca de la forma de comunicarnos hacia ellos y ellas.
Por ejemplo, es habitual en el caso de las niñas, usar apelativos como princesa, guapa, bonita, un tono de voz más bajo y más dulce y que hagamos alusión a su aspecto físico o vestimenta. Hacia niños puede ser habitual utilizar términos como: campeón, tío, fuerte, un tono de voz más alto y más firme y que hagamos alusión a habilidades físicas como lo altos o lo rápidos que son. Son sutilezas lingüísticas que van haciéndoles aprender lo que los adultos esperan de ellos y ellas.
Lejos de culpar o criminalizar a nadie por estas acciones queremos que podamos reflexionar juntos/as sobre esto. La educación des-igualitaria la tenemos todos/as metida hasta dentro y que, aunque no queramos o tratemos de evitarlo puede salir sin darnos cuenta. Es importante identificarlo, poner el foco y tratar de cambiarlo si es lo que queremos.
Escuela
Muchos centros educativos han incorporado ya proyectos o protocolos de co-educación, implementando en las aulas y en los patios juegos cooperativos que no sesguen por sexo o género, ofrecen modelos alternativos o animan y ayudan al alumnado a reflexionar y cuestionarse. Es por esto que animamos a ir un poco más allá y analizar claves desde la auto revisión; por ejemplo, igual que en el entorno familiar en el educativo sería muy útil poder revisar la forma de comunicarnos a nuestros/as alumnos/as, el tono de voz que antes mencionamos, las palabras de cariño y refuerzo o las alusiones diferentes que utilizamos para niños y para niñas.
Analizar el uso del espacio libre y del material por parte de niños y niñas distintamente también puede ser un elemento de utilidad, así como favorecer alternativas de juego que no sean las tradicionales que ayudan a reproducir los estereotipos de género.
Otro elemento de interés para analizar y sobre el que reflexionar en el aula es las dinámicas de participación en clase, aquellos espacios en clase donde el alumnado puede participar, puede tomar la palabra, dar su opinión… conviene poder analizar si estos espacios suelen ser más ocupados por niños que por niñas, o por niños o niñas de un determinado carácter y por qué creemos que ocurre esto. Cambiar las dinámicas de participación, romper moldes y crear nuevos espacios puede favorecer la reflexión del equipo docente y del alumnado.
Y por supuesto no olvidemos ofrecer alternativas de lecturas, actividades y juegos que rompan los estereotipos de género, que rompan con los modelos antiguos y que favorezcan alternativas para nuestra infancia.
Recursos
A continuación, se mostrarán algunos recursos literarios o audiovisuales que es interesante compartir si queremos educar en igualdad, contenidos que podremos aprender como adultos, compartir con nuestros hijos e hijas o con nuestro alumnado:
Cuentos y lecturas para niñas y niños:
- Las Princesas también se Tiran Pedos (Ilan Brenman) +4 años
- La peluca de Luca (Lalala Editorial) + 4 años
- Totalmente Adrián (Tom Percival) 3-5 años
- Rosa Caramelo (Adela Turín) + 5 años
- Intrépidas (Cristina Pujol Buhigas) + 6 años
- Cuando las niñas vuelan alto (Raquel Díaz Reguera) 7-9 años
- 100 mujeres que cambiaron el mundo (Sandra Elmert) + 9 años
- Las chicas son de ciencias (Irene Cívico) + 12 años
- Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes (Elena Favilli) + 12 años
- ¡Construyendo puentes, no muero! (*Comic descargable) 12-14 años
Y para los mas mayores:
- Cómo educar en el feminismo (Chimamanda Ngozi Adichie)
- Coeducación, apuesta por la libertad (Marina Subirats)
- Educar en el feminismo (Iria Marañón)
- La revolución feminista en las aulas (Chis Oliveira y Priscila Betamozo)
- Educar sin género (Sophie Collard y Doriane Meurant Gros)
- Ética para Celia (Ana de Miguel)
Contenido audiovisual para peques:
- Mulán
- Brave
- Raya y el último dragón
- Matilda
- Red
- Ainbo, la guerrera del Amazonas
- Tomboy
- Serie de animación: La mujer en la ciencia
Para un poco mas mayores
- Las niñas
- Te estoy amando locamente
- Figuras ocultas
- Little Mis Sunshine
- Sex Education
- La princesa Mononoke
- Quiero ser como Beckam
- Sufragistas
- Una cuestión de género
Tanto si eres madre o padre o maestra/o en la página web educarenigualdad.org encontrarás muchos recursos para educar en igualdad, desde juegos (Quien es Quien feminista o Pasapalabra de la igualdad), hasta lecturas, actividades… así como noticias y artículos sobre la temática.
Este artículo tiene la intención de hacernos parar un poquito, de revisar cómo creemos que están sucediendo las cosas y si está ocurriendo como queremos que ocurran, que nos paremos un poquito a revisarnos y a reflexionar, que nos preguntemos y preguntemos a nuestro entorno y sobre todo que lleguemos a alcanzar aquella forma de ayudar a nuestras pequeñas generaciones a sentirse más libres, a sentir que tiene un acceso igualitario a oportunidades, sin juicios, ni críticas, ni techos de cristal.
Que bien planteado esta el artículo, felicidades!!!!! Aun nos queda mucho por hacer y en este texto, hay muchas ideas de por donde ir si queremos que el día de mañana haya una igualdad real. Gracias por compartirlo Plumaria, sois maravillosas