La técnica de la caja de arena es una forma de terapia no verbal por medio del cual los contenidos del inconsciente se hacen visibles. ¿La has probado alguna vez?
Consiste en “jugar” con una caja de unas dimensiones determinadas, pintada de azul y llena de arena. Los pacientes, sean niños/as o adultos, tienen unas miniaturas a su disposición y, con ellas, deben representar un mundo. Esto puede resultar un poco subjetivo o ambiguo pero esperad, que lo vamos explicando.
Empecemos remontándonos a cómo empieza esta técnica. Hace ya casi un siglo, en Inglaterra, Margaret Lowenfeld crea la llamada Técnica de los mundos. Nace de la necesidad de poder utilizar otro lenguaje de expresión, que no fuera verbal, en la terapia infantil.
Varios años después, Dor M. Kalff escuchó una ponencia de la doctora Lowenfeld y se formó con ella aportando el diseño de la bandeja con arena e incluyó a los adultos en su aplicación. Y justo aquí se origina la caja de arena, o también llamado Sandplay, tal y como hoy la conocemos.
Ahora, para poner en práctica esta técnica necesitamos 3 grandes elementos:
- La caja de arena: sus dimensiones deben de ser de 50x72x8 y aunque el material es mejor que sea madera, también puede ser de plástico. Se llena de arena algo menos de la mitad y las paredes deben de estar pintadas de azul para simular el agua o el cielo. Además, debe estar situada en un espacio que nos permita movernos alrededor. Por último, la arena permite construir y deconstruir las veces que se quiera y tiene cualidades sensoriales y kinestésicas. Fomenta la expresión de diversas emociones pudiendo moldear, aplastar, cavar, alisar, desparramar, etc.
- Las miniaturas: El terapeuta proporciona una variedad de miniaturas y objetos que el paciente/cliente puede usar para crear escenas en la arena. Debe de haber miniaturas de: animales, figuras humanas, naturaleza, fantasía, construcciones y medios de transporte, objetos (alimentos, tesoros, mobiliario, objetos rotos…)
- Proceso de juego: El/la niño/a o el/la adulto/a, elige y organiza las miniaturas en la caja de arena para crear un «mundo» o una representación simbólica de sus pensamientos, sentimientos, y experiencias. Durante este proceso, el paciente/cliente no tiene instrucciones específicas, permitiendo así la libre expresión. Puede pasar que al comenzar haya algo de reticencia o bloqueo, en ese sentido se le invita a observar todas las miniaturas y que escoja la que más le llame la atención. Con eso ya tiene su punto de partida.
La técnica se puede utilizar de forma individual para trabajar algún trauma, momentos vitales, bloqueos difíciles de expresar… Y de manera grupal: en pareja, familias, equipos, grupos terapéuticos, etc.
Una vez que la persona haya terminado el proceso de juego y creación de su caja, es cuando se procede a la observación de la misma y, junto con el terapeuta, a co-explorar lo que hay en ella. Al final, se suele hacer una foto y poner un título a la caja.
Es muy interesante indagar en las emociones que se plasman en la caja de arena y lo que ha supuesto para la persona crear cada una de las partes de la caja. Otro aspecto también muy terapéutico es reflexionar sobre las posibilidades de cambio que tiene la representación que se ha hecho, qué cosas se podrían mejorar o cubrir mejor sus necesidades.
Beneficios de la técnica
- Expresión no verbal: Tiene un potencial kinestésico único. Para los/as que tienen dificultades para expresarse verbalmente, como niños/as pequeños/as o personas con traumas, esta técnica proporciona una forma de comunicación alternativa.
- Exploración del inconsciente: La arena invita espontáneamente a jugar y permite explorar los contenidos del inconsciente de una manera simbólica y segura. No requiere habilidades especiales ni artísticas.
- Evita la intelectualización ya que se desincentiva el pensamiento lógico, dirigido y aparecen formas más creativas. Es una técnica generadora de metáforas.
- Resolución de conflictos internos: A través de la creación y manipulación de escenas en la caja de arena, se puede experimentar una forma de gestión y resolución de conflictos internos.
- Proporciona un espacio delimitado y seguro: la fantasía está contenida dentro de unos límites no invasivos. Permitiendo representar lo que no tiene espacio ni tiempo.
- Desarrollo emocional: Ayuda a los pacientes a procesar emociones difíciles y a desarrollar una mayor comprensión de sí mismos/as.
En definitiva, esta técnica es muy potente para sacar a la luz aspectos internos, integrar partes traumáticas o procesos vitales y sacar una imagen del camino a seguir. Aquí os mostramos algunas realizadas en nuestras sesiones: