TEORÍA POLIVAGAL: Entendiendo cómo reacciona nuestro cuerpo

Nos parecía interesante poder acercaros a la teoría polivagal, una teoría que nos ayuda a explicar por qué en ocasiones vivimos nerviosos, no regulamos nuestras emociones, nos disparamos sin control o tenemos muchos conflictos en nuestras relaciones.

Lo increíble de todo esto, y la buena noticia, es que trabajando en la respiración y nuestra conexión con el cuerpo podemos condicionar el sistema nervioso y así regular nuestras emociones y nuestra forma de relacionarnos con el mundo.

Stephen Porges (1992), autor de la teoría polivagal, ya nos contó cómo se activa nuestro Sistema Nervioso Autónomo (SNA) ante una situación nueva y las tres formas de respuesta y activación del sistema nervioso autónomo correspondiente a las tres ramas distintas del nervio vago, organizador del sistema de respuesta.

Situación 🡪 Activación del S.N.A 🡪 Respondemos, actuamos:

  1. Si disponemos de conexión y apoyo social: sentimos seguridad ante la nueva situación.  Se activa la Rama Ventrovagal del Sistema Nervioso Parasimpático. Nos sentimos:

teoría polivagal

Tranquilos y seguros

Conectados con los demás

El mundo lo percibimos como un lugar seguro, controlable

Tenemos la tranquilidad y confianza de poder resolver las situaciones

  1. Si sentimos amenaza tendemos a luchar o a huir. Se activa el Sistema Nervioso Simpático. Nos sentimos:

teorí polivagal

“El mundo es amenazante y tengo que protegerme”

“Atención puesta en los peligros”

“Suelo estar a la defensiva o anticipar los peligros de las situaciones”

  1. Si sentimos fuerte peligro: sentimos colapso, bloqueo. La teoría polivagal nos dice que se activa la Rama Dorsovagal del Sistema Nervioso Parasimpático. Nos sentimos:

“Sientes que no hay salida, indefenso, desprotegido”

“Sensación de indefensión, da igual lo que haga”

“Siento que no tengo recursos para defenderme ni cambiar una situación”

Cuando el Sistema Nervioso Autónomo (SNA) funciona correctamente es capaz de pasar de un estado a otro sin problema, pero algunas situaciones como el trauma y el estrés crónico pueden impedir que el SNA funcione de forma correcta, regulada y resiliente.

Por ejemplo, si no hemos tenido experiencias de seguridad en nuestras relaciones es probable que nos quedemos funcionando siempre desde la alerta (activación del sistema nervioso simpático), y vivamos desde el peligro nuestras relaciones: “poniéndonos a la defensiva”, “reaccionando de forma descontrolada” o “huyendo de toda situación que pueda generar un conflicto”.

El sistema de lucha-huida lo necesitamos cuando nos enfrentamos a un peligro real, cuando necesitamos protegernos es útil. Pero también puede pasar que ante una situación nueva o desconocida tendamos a pronosticar o poner el foco en los posibles peligros, anticipando escenarios negativos. Esto ocurre porque nuestro SNA Simpático está hiperactivado, con la ayuda de la amígdala, pierde la capacidad de evaluación de estímulos externos y nos informa de que todo puede resultar peligroso, por lo que “nos tenemos que defender”. Si el peligro que identifica es demasiado elevado, llega a desactivarse y produce inmovilización, estancamiento. Esto está ocurriendo cuando vivimos una situación desagradable pero… “¿Por qué no salimos de ella, o no luchamos contra ella?”.

¿Qué podemos hacer?

Desde la visión de la teoría polivagal, podemos combatir este estado activando la Rama Ventrovagal del Sistema Nervioso Parasimpático, es decir manteniendo a nuestro sistema nervioso en estado de calma y seguridad. Para ello existen múltiples formas, no hace falta hacer todas, podemos elegir la que a cada persona le guste más o le resulte más fácil.

  • Meditación y respiración:

teoría polivagal

El elemento central del Sistema Nervioso Parasimpático es el Nervio Vago, el nervio más largo del cuerpo que ayuda a regular muchas funciones del organismo El nervio vago permite “desacelerar el corazón”, por lo que ayuda a calmarnos. A través de la respiración profunda, diafragmática, podemos poner en funcionamiento este nervio, y junto a la meditación inducir estados de calma en el cuerpo. Al principio, si no estamos acostumbrados/as, puede resultar complicado, pero toda práctica requiere entrenamiento, cuando más se haga más fácil le resulta a nuestro sistema conectar con un estado de calma.

  • Deporte:

Actividades deportivas o de activación corporal son muy buenas para generar conexión cuerpo-mente, favorecer la sintonización con los estados corporales y sus señales y facilita dominar los cambios de una rama a otra del sistema nervioso autónomo. Cuanto más trabajemos con el cuerpo más dominio tendremos sobre él. Cualquier actividad deportiva funciona, pero son excelentes bailar, caminar o hacer yoga.

  • Actividades de disfrute

Las actividades de disfrute, la diversión pura y dura, favorece estados de bienestar a la mente y al cuerpo, favorece calma y seguridad (Rama Ventrovagal del Sistema Nervioso Parasimpático). Si pasamos mucho tiempo sin disfrutar, sin reír o sin divertirnos, a nuestros sistema se le olvidan estas sensaciones por lo tanto le resulta más difícil entrar en un estado de bienestar cuando lo necesitamos o así se lo ordenamos. Por lo tanto es importante darnos espacios de autocuidado, de atención a nuestras necesidades, de expansión, risa, juego y placer. Poder conectar con el placer y el bienestar son claros indicadores de una buena salud emocional.

  • Relaciones sociales saludables

Somos seres sociales, vivimos en comunidad, igual que otros mamíferos como por ejemplo los gorilas o las leonas necesitamos de otros para sobrevivir. Es por ello que tener relaciones sociales saludables y tener una buena red social de apoyo favorece la activación del Sistema Nervio Parasimpático y por tanto sensación de calma y seguridad. No es tanto rodearnos de muchas personas o estar siempre ocupados con muchos planes sociales, más bien se trata de tener vínculos sociales fuertes, estables, de apoyo y  confianza, sentirnos reconocidos y queridos; de esta forma nos sentiremos a salvo.

Para concluir, creemos que lo más importante de todo y un primer paso será conectar con nuestro cuerpo, identificar cómo reaccionamos ante distintas situaciones, cómo evaluamos los estímulos y si respondemos acorde a ello.

Vamos en piloto autonómico y no solemos ser conscientes de todo ello, por lo que de vez en cuando necesitamos pararnos y hacernos las siguientes preguntas: ¿Me suelo asustar ante situaciones nuevas? ¿Suelo interpretar los elementos externos como un ataque o me siento una víctima? ¿Suelo tener reacciones defensivas o muy impulsivas? ¿Siento que tengo recursos para hacer frente a los problemas”? ¿Cómo siento mi cuerpo en mi día a día?

Con un poco de reflexión, introspección y puesta en práctica conseguiremos coger las riendas de nuestro sistema nervioso y elegir aquellas situaciones donde nos defenderemos, huiremos o por lo contrario favoreceremos una red de respuesta calmada y eficaz.

¡Ánimo, que se puede!

2 comentarios en “TEORÍA POLIVAGAL: Entendiendo cómo reacciona nuestro cuerpo

  • Maravilloso artículo. Gracias por recordarnos la i.portancia de conectar con nuestras emociones y de aportar herramientas que permitan realizar una mejor gestión emocional

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *