No es el primer artículo sobre la atención plena que escribimos, pero sí es el primero que se lo dedicamos especialmente para intervenir con adolescentes (si quieres leer el de mindfulness para niños clica aquí). Empecemos recordando qué es el mindfulness o la atención plena:
Es una capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento. Conseguir aumentar la capacidad de prestar atención a lo que ocurre en el ahora con una actitud de curiosidad y aceptación (sin juzgar) es el objetivo primordial de esta práctica. Dicho resumidamente: es la práctica de la autoconciencia.
Ahora bien, la adolescencia en sí misma supone un desafío tanto para los propios adolescentes (cambios internos y externos muy visibles) como para las personas que les acompañan. A esta complejidad hay que sumarle un reto aún mayor: el gran y libre acceso a los Smartphone y las redes sociales. Y este componente es muy importante en este tema porque sus mentes en desarrollo son más sensibles a la presión que puedan ejercer estas redes sociales influyéndoles a gran escala. Además, estas aplicaciones están pensadas para enganchar y pasar cuantas más horas mejor y su cerebro todavía no tiene las estrategias adultas de regulación.
Entonces, si ya es complicado por definición que un adolescente pueda realizar ciertos ejercicios de mindfulness, la situación actual dificulta aún más poder estar conectados con ellos/as mismos/as, con el presente y poder tener una mente clara y tranquila.
De hecho, en nuestro trabajo en el despacho y en los talleres que realizamos en los centros de educación secundaria es muy común escuchar en los adolescentes los problemas que tienen con lo que llaman sobrepensar. ¿sabes lo que es? Es el repaso constante y repetitivo de algo que ya sucedió y no se puede cambiar. Está relacionado con los pensamientos angustiantes que alimentan emociones de tristeza, miedo y ansiedad. Para ello, el mindfulness es una herramienta muy poderosa.
Todo esto nos lleva a recomendar y potenciar el mindfulness para adolescentes. ¿Cuáles son sus beneficios?
Es verdad que cuanto antes normalicen nuestros/as hijos/as y/o alumnos/as estas prácticas, más fáciles serán de llevar a cabo y de establecer en su rutina. Y en la misma lógica, cuánto más tarde empecemos más resistencias podemos encontrarnos.
Es recomendable empezar con ejercicios muy fáciles, sutiles, cortos. Progresivamente podemos ir aumentando la complejidad. Ahora bien, los adultos que acompañamos estos procesos también debemos ir poniendo estos ejercicios en práctica. Aquí te dejamos algunas ideas:
IMPORTANTE: después de cada uno de los ejercicios es interesante incluir una reflexión con preguntas tipo: ¿cómo me he sentido? ¿he tenido que lidiar con algún pensamiento intrusivo o sensación? ¿me ha costado volver a concentrarme? ¿qué es lo que más fácil me ha resultado?
Además, os recomendamos que para realizar los ejercicios que requieran estar parados se empiece promoviendo una posición donde la espalda esté recta y se haga una respiración profunda justo antes de comenzar el ejercicio.
Y hablando de recomendaciones, si eres un padre o madre de un adolescente este canal de minfulness te vendrá muy bien:
Se trata de las meditaciones del libro Respirad de Eline Snel, especialista en la temática.
Os animamos a que vayáis probando y que nos comentéis cuál os van funcionando mejor o qué otras hacéis que os sirven también.
Los niños comprenden más allá de las palabras; el tono y la actitud cuentan (Françoise…
A menudo encontramos comportamientos en el aula que nos impiden desarrollar la clase con normalidad,…
La técnica de la caja de arena es una forma de terapia no verbal por…
Recursos educar en igualdadDescarga A continuación se mostrarán algunos recursos literarios o audiovisuales que es…
¿Qué es educar en igualdad? ¿Evitamos la distinción en función del género? Es fácil pensar…
A menudo nos encontramos con cierta resistencia al mencionar el término de autocompasión. Lo que…