No es algo nuevo. La alarma acerca de los peligros del uso excesivo de las pantallas en la infancia lleva muchos años sonando. Algo no les cuadraba a los profesionales de la educación y el desarrollo infantil en cuanto al uso de estos dispositivos electrónicos inteligentes, sobre todo en los más pequeños. Cada día hay más y más evidencia científica al respecto:
Vamos a poner unas líneas claras de las recomendaciones que en general las asociaciones pediátricas y los estudios actuales proporcionan:
Primero ten súper claro que reducir y regular el uso de las pantallas en la familia va a tener repercusiones muy positivas para todos y todas.
En segundo lugar, acordad los mayores a cargo los límites innegociables de uso: día y horas a la semana. El niño o niña podrá negociar las normas de cuándo y cómo dentro de vuestros límites ya fijados. Por ejemplo, se puede decidir que para un niño de 6 años puede disponer de su Tablet 3 horas la semana durante los fines de semana, ese sería el límite innegociable. El niño puede consensuar con vosotros cuándo y dónde lo va a usar.
Por otro lado, prepárate diversos kits y opciones fáciles para las salidas (bares, restaurantes, piscina, sitios donde haya que esperar…). Que sean juguetes o recursos que ocupen poco y les diviertan como pegatinas, pequeños juguetes de lógica o de habilidades, pinturas, pequeños objetos de juego simbólico, rompecabezas…
Es importante pasar tiempo en familia sin pantallas, también en la adolescencia de nuestros hijos e hijas. Los padres y las madres somos el ejemplo de cómo disfrutar sin ellas, déjalas aparcadas.
También, actualiza el espacio de juego de tus hijos/as haciendo cada varios meses una limpieza y actualización de las opciones que tienen y que puedan disponer de ello de forma accesible. Todos los juegos infantiles son de alguna manera educativos. ¡Y puedes hacerles partícipes de esa actualización!
Por último, cuando utilicen las pantallas, intenta que haya un adulto lo más presente y participativo posible.
¡Ah! Os recomendamos que cuando estemos con otra familia que no tenga las mismas normas o límites que la vuestra en cuanto a la utilización de los dispositivos, primero respiréis profundo. Es una batalla compleja evitar que tus hijos/as los miren. Lo que sí debes hacer es reflexionar después con ellos de las normas y las ventajas que tiene vuestra opción.
¡Ay! Por mucho que sepamos que no es bueno… ¡qué difícil es cambiar un hábito cuando está consolidado!
Totalmente de acuerdo, el cambio no es nada sencillo, al principio. Luego todo poco a poco se va volviendo a recolocar. Por ejemplo, una comida sin la Tablet puede ser un caos al principio y si el niño está acostumbrado a usarla su postura lógica será resistirse al cambio. Luego, poco a poco, será una oportunidad de disfrutar de los alimentos y de la compañía. De fijarse en otros estímulos menos inmediatos y más enriquecedores.
Es un aprendizaje HIPERVALIOSO enseñar a nuestros hijos/as a cambiar y modificar los hábitos que sabemos que no están siendo sanos. Eso les dará el impulso interno que tanto se necesita cuando sean adultos y necesiten cambiar algún hábito para mejorar sus vidas y no sean los hábitos quien les manejen a ellos.
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